“Sé que (mis padres) se equivocaron conmigo pero estoy agradecido que ya empezaron este curso y sé que le va a ayudar mucho a mis hermanos menores. Estaban pasando muchas cosas en nuestra familia. Yo estaba entrando a la adolescencia y sentía mucho estrés por la presión de la escuela estudio y no sentía que mis padres estaban allí para escucharme y apoyarme. Me regañaban y siempre estaban muy ocupados. Después del curso noté que hablaban más conmigo y que si tenía algún problema, me escuchaban y ví que ellos estaban allí para ayudarme. Me siento muy amado y siento que puedo confiar en ellos.”